Teatro: El Despertar de la Primavera

Me invitaron este sábado pasado a una obra de teatro llamada “El despertar de la primavera”, al no ser recurrente al teatro acepté la invitación sin pensarlo, añoraba viejos tiempos en que disfruté obras como “Las noches de Oscar Wilde” con Guillermo Murray (la vi hace como 12 ó 13 años y no la olvido), hay algo del teatro que me gusta, y vaya que a veces me llegan a molestar los actores de teatro en cine, o mejor dicho, actores que actúan como en el teatro en alguna película; se que el teatro es un arte de interpretación de gestos y mímica, que hay que estar al pendiente del lenguaje corporal de los actores, en mis pocas dotes como critico teatral me anime a escribir algo en mi blog.

La puesta en escena fue en la gran sala del teatro de la ciudad de Monterrey, al llegar compre los boletos los cuales para ser una obra de estudiantes no era barata ($80 y $40 estudiantes), y entramos, para lo cual un tipo se nos acerco y tiró un condón, que recogió y dijo entregándomelo –no lo tires amigo, mejor úsalo-. Me tomo por sorpresa, debo admitir, y lo primero que me vino a la mente, que con el titulo de la obra seguro era algo de conciencia social sobre la planificación familiar, por lo que tomo el programa y leí la reseña para saber me aguardaba, y esto fue lo que leí:

“El Despertar de la primavera” es la adaptación teatral de la obra escrita por Frank Wedekind en 1891 que narra la tragedia adolescente de aquéllos que se enfrentan a las costumbres burguesas de entonces y de ahora. El Despertar de la Primavera es un trabajo teatral que, situada en Alemania en el siglo XlX, aborda frontalmente la frustración de los adolescentes ante la represión brutal sobre los temas de: sexualidad, religión, educación, vergüenza, género, pero sobre todo el del abuso de poder de la autoridad patriarcal. Hoy, en pleno siglo XXl la obra es más controversial que nunca satirizando un número de ideas, para proponer un fuerte mensaje político, que anuncian un necesario rompimiento epistemológico aquí en Monterrey, Nuevo León, México.”

Al comenzar la obra aparece un cuerpo con la cabeza en brazos efecto que dieron a una persona con una mascara blanca que cubría completamente su cabeza y una cabeza de unicel en brazos; la cabeza hablaba, gracias a un proyector que disparaba su haz de luz hacia la cabeza de unicel y un video se reproducía. La escenografía era sumamente sencilla, propia de un grupo de estudiantes; eran básicamente paredes blancas levantadas alrededor del escenario que ayudaban por las reproducciones utilizadas con el proyector. Después del seudo monologo-grabación del cuerpo comenzó la obra, los actores sentados con separación en la primera fila se levantaron y se subieron a sus respectivos asientos, dando la espalda a la audiencia, se quitaron la ropa teniendo ropa interior blanca y entraron al escenario, haciendo lo que me parecía ejercicios teatrales, bueno, a lo mejor representaba algo, puedo poner muchos pensamientos en mi mente, en una parte que corren alrededor así vestidos de blanco, me suenan a espermatozoides en la carrera de la vida, pero vaya que puse mucho de mi parte, y debo tener cuidado con las interpretaciones.

El comienzo de la obra es poco practico, las mujeres del reparto entran en escena llevando sillas y colocándolas en diagonal hacia la esquina posterior derecha, se suben en las sillas y una de ellas se pone un vestido, las demás quedan como llegaron pero hacían los mismos movimientos que la actriz con el vestido; entra en escena una actriz personificando a una mujer mayor con cuerdas delgadas en sus brazos y piernas y otro actor personificando a un titiritero moviéndola y hablando por ella. En el caso de los actores hombres fue lo mismo pero todos se vistieron muy a la usanza decimonónica, practicando con un profesor tiránico una clase de latín.

Todos los escenarios (aunque mentales por la falta de escenografía), vestuarios, comportamientos y situaciones te transportaban al siglo XIX, pero la música a algún genio se le ocurrió poner acordes estridentes de metal vaya, heavy metal, sacándote involuntariamente de la situación y el ambiente creado por la actuación. Para mi fue un gran error, y no por que no sea abierto a que una obra llegue a tener esa clase de música, sino simplemente no iba acorde a la obra, fue una mala elección. También utilizaron algunas acrobacias que carecían de fundamentos en la historia, pero que supongo, tenían alguna alegoría que a mi gusto no cuajó.

Me pareció que en algunas escenas que utilizaron proyector no había necesidad de tal cosa, bueno, me pareció que bien se hubiera utilizado un actor en el fondo (era la proyección generalmente de la madre del protagonista con algunas conversaciones) en lugar de estar presenciando escenas con pobre calidad de audio y a cada rato un signo de play, y hasta en una ocasión se quedo el protector de Sony, que me pareció un elemento que distrajo mas que ayudar a la narrativa.

Hubo un par de escenas fuertes, una masturbación masculina y una escena de sexo, obviamente falsas, una escena de amor gay, que debo decir que fue la mejor realizada y cuando pude meterme un poco en la obra, en general las actuaciones fueron buenas, sin nada fuera de serie. Al final también hubo un desnudo masculino, con el cual no tengo ningún problema, si hay un buen fin, pero este fue completamente gratuito, no tenía caso, no era ningún personaje, no tenia razón de ser, es mas cuando estaba el tipo desnudo caminaba hacia la audiencia y uno de los personajes entablaba una conversación con un ente extraño, que era parte fundamental y desviaron la atención del publico con el tipo desnudo que no tenia vela en el entierro; lo mas fuerte fue que este hombre llego a la audiencia, se bajo al pasillo, y siguió su camino derecho pasando por arriba de la gente, yo tuve suerte estuve a un lado de lo contrario me hubiera pasado por encima, que no me malinterpreten, no soy ni gay ni homo fóbico ni nada, pero no creo que tener un tipo desnudo encima sea una grata experiencia.

Al día siguiente apareció una parca reseña en el periódico, que solo decía cosas que vienen con el formato, una original obra, la brillante puesta en escena, la calidad histriónica, entre otros halagos que seguro escribió un reportero que no se le ocurrió nada mas, y lo que me llamó la atención fue que menciona que hubo interacción con el publico, y la única parte de interacción que recuerdo es cuando uno de los actores pregunta ¿Quién invento la pólvora? A menos que se refiera al hombre éste que se adentro en el publico y ya no quise voltear a ver si había alguna otra clase de interacción.

Fue bueno reencontrarme con el teatro, no fue una mala obra tomando en cuenta que son estudiantes, pero espero ponerme al pendiente de la cartelera teatral de la ciudad, en esto si envidio a la Ciudad de México que tiene una gama mas amplia de obras, aquí no salimos de las comedias de la Nena Delgado y obras mediocres como la pastorela de Sampayo (un tipo que da el reporte en helicóptero) que lamentablemente dura casi todo el año.

Para el reportaje de la obra visítese:

http://noticias.uanl.mx/interes/descripcion.php?id_not=44&lang=es